Lo que el Foro Económico Mundial (WEF), no dice en su índice de conectividad.

Recientemente, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) publicó el Índice de Disposición a la Conectividad (NRI) en el que destaca que México no ha concretado su potencial digital y en cambio cae 16 posiciones, al pasar del sitio 63 al 79, de un total de 148 países considerados. 

En su “Reporte Global de Tecnologías de la Información 2014”, el WEF comentó que después de un par de años de mejoras importantes en esta clasificación –que mide la capacidad de 148 economías de potenciar la Tecnología de la Información y las Comunicaciones (TIC) a fin de lograr crecimiento y bienestar– México no consolidó sus ganancias pasadas y cayó 16 posiciones, al ubicarse en el lugar 79. 

En América Latina, México se situó por abajo de Chile (en el lugar 35), Panamá (43), Costa Rica (53), Uruguay (56), Colombia (63) y Brasil (69). A pesar de algunos avances en la ampliación y mejora de su infraestructura de TIC y la comprensión por los individuos, esto no es suficiente para alcanzar los avances en otras economías.

Sin embargo, lo que el análisis del WEF (FEM) omite son los esfuerzos actuales que en la materia se están realizando hasta el momento. Primero, la brecha digital en México –distinción entre aquellos que tienen acceso a Internet y pueden hacer uso de los nuevos servicios ofrecidos por la World Wide Web, y aquellos que están excluidos de estos servicios– se ha reducido considerablemente en los últimos años; y aunque dieciséis países de Latinoamérica están mejor que México en el índice de población con Internet en sus hogares, además, la disposición de nuestra economía para aprovechar plenamente las TIC  en cuatro aspectos: Infraestructura de la TIC, costo del acceso y presencia de las especialidades necesarias para asegurar un uso óptimo, no es la deseable; el gobierno Federal y en particular la Coordinación para la Sociedad de la Información y el Conocimiento, adscrita a la SCT Federal, están abanderando un esfuerzo sin paralelo en la historia de México. 

Aunado a esto, los resultados para México muestran que el costo de acceso a la infraestructura de TIC existente es alto, constituyendo esto un grave problema para dotar al país de las habilidades necesarias para un cambio y una economía más digital. Sin embargo, no se debe perder de vista que esto en particular no es responsabilidad del Gobierno, ya que monopolios, conocidos para todos, en nuestro país han impedido, con sus altos precios el crecimiento del sector. Además, los empresarios mexicanos, aún no están haciendo su parte al integrarse de lleno en la economía digital impidiendo con esto la propagación de la tecnología en nuestro devenir diario.

El Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, ha expresado en diversas ocasiones que no es justo, ni permisible, que los mexicanos aún no disfruten del derecho de acceso al Internet de banda ancha. Este derecho, es uno de los cambios introducidos por la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones y competencia económica de México donde se establece el fortalecimiento de los derechos fundamentales (Art. 6 de la Constitución) que amplían a todas las personas las libertades de expresión, acceso a la información y acceso a las tecnologías de la información (TIC). Entre estos derechos se incluye el de acceso a las TIC, así como a los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, incluido el de banda ancha. Este es uno de los pocos puntos donde no existe controversia entre los actores. Ahora, las leyes secundarias de la reforma en materia de telecomunicaciones, aún están en discusión y ahí sí han existido otras voces; pero la reforma principal es en espíritu un acierto para la vida futura de todos los mexicanos.

No conforme con lo anterior, y con el fin de concretar la expansión de la infraestructura, el gobierno federal ha emprendido el programa México Conectado. En él, se busca dotar de conectividad al menos a 250.000 sitios públicos que, a su vez, pueden funcionar como hotspots para el acceso a Internet de la población. 

México Conectado es un proyecto muy ambicioso. Todos los sitios están pensados en impulsar la inclusión digital. Por eso es tan acertada la opción de los hotspots ya que la población mayormente es ya móvil a través del uso de smartphones. El programa, además, se enfoca en fortalecer la conectividad hacia una Sociedad del Conocimiento en el país; esto explica que el 70% sean sitios de educación, 15% correspondan a salud, 12% a bibliotecas o centros comunitarios, 2% edificios gubernamentales y un 0,3% a sitios abiertos (está categoría irá ampliándose conforme avance el programa). En pocas palabras, la inversión federal en este tema es enorme, pero lo que más llama la atención es la voluntad política de concretar este proyecto, que no sería posible sin la reforma en materia de telecomunicaciones.

Mencionaba la frase voluntad política y por ende debo reconocer el oficio que ha mostrado Mónica Aspe Bernal, Titular de la CSIC, quien se ha convertido en la gran aliada de las TIC en el país, pero sobre todo ha demostrado ser una mujer visionaria, que entiende que México tiene el potencial que se requiere para ser un país de primer mundo y con más de una ciudad inteligente. Habría que mencionar que esto ya sobrepasa la mesa de proyectos y ha empezado a materializarse en Guadalajara que es la punta de lanza en este objetivo. A la vez, en estados con una brecha digital enorme como Tabasco, México Conectado está permitiendo que se instalen más de siete mil sitios para el acceso a la población, cosa que sin lugar a dudas cambiará por completo la forma en que los tabasqueños se relacionan y benefician de la tecnología.

El mismo WEF también menciona que los países no pueden basarse únicamente en el desarrollo de la infraestructura TIC para ser competitivos. Más bien, dependen de una estrategia integral destinada a crear condiciones favorables para desarrollo de la economía digital. En este rubro, México, a través de la oficina de Coordinación de Estrategia Digital, adscrita a Presidencia, ya muestra un gran avance. Curiosamente, este esfuerzo también está liderado por una mujer comprometida con el avance tecnológico: Alejandra Lagunes. Gracias a sus esfuerzos, el WEF reconoce en el reporte, que la plena aplicación de la estrategia digital de México, así como la atención persistente a las debilidades que plantea, en particular en su sistema de innovación, van a ayudar a resolver la situación muy pronto.

Es entonces, para finalizar, importante lo planteado en tan sonado índice; sin embargo, las recomendaciones llegan a la par de soluciones que ya estaban siendo aplicadas. Los fatalismos en los que algunos podrían caer no son la realidad de un México que está empezando a entender que la tecnología no es el fin sino el medio por el cuál podremos convertirnos en un país de primer mundo y una sociedad del conocimiento.

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Pablo Eduardo Ibáñez López

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